Un caballo de mar en el aeropuerto, enero del 14 de 1998

Reportage parution le 14 janvier 1998 Journal El Universal, Colombie

Reportage parution le 14 janvier 1998

Por GUSTAVO TATIS GUERRA

Journal EL UNIVERSAL

Es un inmenso caballo que sale del fondo del mar. Tiene cuatro metros de luz y el ímpetu de los colores con que Charles Carson lo ha domesticado en estos tres meses y medio de insomnio creador.
Carson, un canadiense de 40 años vino por primera a Cartagena en un viaje de descanso y quedó atrapado para siempre en los colores que intuía desde hace veinte años viendo caer la nieve.

Se vino a vivir a Cartagena, la ciudad donde sus colores tienen una mayor complicidad con el paisaje y el espíritu anímico. Su taller de Crespo se parece a su propria obra : exuberancia de color, formas que desentrañan los colores del cielo y el fondo del mar.

Studio Carson, Carthagène, Colombie.

Desde lo alto de su taller el ala de un avión destroza una nube de color púrpura y en el aire flota el perfume de los heliotropos pisoteados por los niños. Su taller tiene el aura caribe: una hamaca de San Jacinto, como si el arcoiris se hubiera quedado en suspenso en su casa, las mussaendas dormidas de las cinco de la tardes, las trinitarias ana-ranjadas, las cayenas rojas de un solo día, las campánulas amarillas que ascienden buscando el sol.

Vivir en Cartagena es para él el desafio de cazar colores.
Louis Bruens, un coleccionista y estudioso del arte mundial, que conoció a Carson en 1977 no se explicaba cómo el artista podía vivir en Canadá y gestar una obra de luz que semeja la naturaleza prodigiosa del caribe. Ahora, de paso por Cartagena, tiene el privilegio de reencontrarse con la madurez de unos colores que desde un principio se propusieron el riesgo de la autonomía y buscaban parecerse a la pasión que siente por la naturaleza.

Oeuvre de Carson, intitulé: Le Cheval de mer, Format: 12 pied par 8 pied

Carson confiesa que no pinta figuras ni abstracciones. Las criaturas deambulan por entre ráfagas de corales, plantas y criaturas dotadas de gozosa y festiva vitalidad. Esos colores a la intemperie que enceguecen los ojos de Bruens, emergen también de los lienzos de Carson. Él necesita del color. Por eso vive en Cartagena.

Para Bruens, la obra de Carson « puede considerarse contemporánea. No resulta ni del impresionismo ni del expresionismo, ni del surrealismo ni de cualquier otra definición terminada en ismo. Ella se sitúa en un orden de valores totalmente diferente de tendencias, de géneros y estilos, que generalmente se encuentran en el mercado del arte. A mi parecer, se trata de una pintura verdaderamente distinta a todo lo que se ha hecho, y a todo lo que se hace en nuestra época y desde hace mucho tiempo ».
En el patio duerme el caballo de mar. Carson lo vuelve a ver estremecido por el viento de enero.

Détail de l’oeuvre intitulé: Le cheval de mer

Dentro de poco dará la bienvenida a los viajeros del mundo.

Reportage parution le 14 janvier 1998

Journal El Universal, Colombie

Un caballo de mar en el aeropuerto

Par: Gustavo Tatis Guerra